El gorila se encuentra en la lista roja de especies en peligro de extinción de la UICN. Entre las causas se encuentran la caza furtiva, las enfermedades, los conflictos armados y la pérdida de su hábitat.

Se calcula que en libertad solo quedan unos 720 individuos, 200 en la región de Virunga (El Congo).

 

Estos animales son víctimas de la caza furtiva ya sea porque caen en trampas para otros animales o bien para artículos de coleccionismo (manos, cabezas o pies). Otra forma del furtivismo es el rapto de crías, que suponen pérdidas de posibles individuos adultos.

 

Debido a la similitud genética entre humanos y gorilas, enfermedades que afectan al hombre pueden transmitirse a esta especie y ser devastadoras, ya que su sistema inmune no será capaz de acabar con estas enfermedades.

 

La reducción de su hábitat natural está relacionada con la ampliación del territorio ocupado por el ser humano, que se asienta en los límites de los bosques y selvas, construye carreteras, cultivos, etc. lo cual provoca que los gorilas necesiten ocupar los territorios del hombre para obtener alimento y esto genera conflictos de interés con estos animales.

 

Por último cabe destacar los conflictos armados que predominan en esta zona y que dan pie a matanzas como la de los gorilas del Parque Nacional de Virunga en enero de 2007.

Los gorilas de las montañas tienen un pelaje de color oscuro y muy tupido, lo que les permite viajar a zonas más frías. Están bien adaptados a la vida en el suelo pero debido a la longitud de sus extremidades son capaces de trepar a los árboles. Son animales muy inteligentes que han conseguido aprender lenguajes de signos e incluso son capaces de manejar herramientas.